El deporte rey nos proporciona alegrías sin cesar, las estrellas del futbol no cesan de sorprendernos cual malabaristas del balón. Es un espectáculo, la afición es fiel a unos equipos que se dejan la piel sobre el campo y nos regalan combates épicos sobre el terreno de juego. El embate de las gradas nos conduce en un estado de embriaguez celestial, sentir los colores de tu equipo te baña de la lucha del cesped, los gritos de ánimo, los "ay" desbocados ante un gol fallido, los agasajes a la madre del árbitro, toda una atmósfera que nos hace sentirnos vivos.
Es un aura, una energía que vibra en la afición que por 90 minutos es parte intrínseca del estadio. Los periodistas conocemos estas sensaciones, vivimos en primera línea este experimento humano íntimo y profundo del seguidor de un equipo. Es una vocación, digo mas es una devoción, nuestro compromiso no es sólo profesional, el futbol recorre nuestras venas y arterias alimentando hasta la última célula de nuestro organismo; no podría ser de otro modo, sentir para poder transmitir el entusiamo de la mejor afición del mundo, las mas sufrida, la mas fiel.
En los periodicos de aragón deportivos informamos bañados en el sudor de los jugadores de lo mejor de los partidos, el fútbol de Aragón es nuestra pasión y asi lo reflejamos en nuestros artículos, dónde no podemos esconder nuestra devoción a nuestro equipo el real zaragoza, símbolo deportivo de nuestra tierra, de nuestra forma de vivir las cosas.
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